Seis o más de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han estado presentes en la persona por lo menos durante 6 meses, al punto de que son inadecuados y tienen un efecto perturbador del nivel de desarrollo:
Hiperactividad
1. A menudo no deja de mover las manos ni los pies mientras está sentado.
2. A menudo se levanta de la silla cuando se quiere que permanezca sentado.
3. A menudo corre o trepa en lugares y en momentos inoportunos (es posible que los adultos y adolescentes se sientan muy inquietos).
4. A menudo, tiene problemas para jugar o disfrutar tranquilamente de las actividades de recreación.
5. A menudo, "está en constante movimiento” o parece que tuviera “un motor en los pies”.
6. A menudo habla demasiado.
Impulsividad
1. A menudo suelta una respuesta sin haber oído antes toda la pregunta.
2. A menudo le cuesta esperar su turno.
3. A menudo interrumpe al que esté hablando o se entromete, por ejemplo, en una conversación o juego.
II. Algunos de los síntomas que causan alteraciones están presentes desde antes de los 7 años de edad.
III. Alguna alteración provocada por los síntomas está presente en dos o más situaciones (p. ej., en la escuela o el trabajo y en la casa).
IV. Debe haber clara evidencia de una alteración considerable en el funcionamiento social, escolar o laboral.
V. Los síntomas no ocurren únicamente mientras la persona sufre de trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno sicótico. Los síntomas no indican la presencia de otro trastorno mental (p. ej. trastorno del humor, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o trastorno de la personalidad).
Características
• Una sensación de no lograr los propósitos, de no alcanzar los objetivos.
• Dificultades para organizarse.
• Realización simultánea de diversas tareas; comenzando una sin haber finalizado la anterior.
• Tendencia a decir lo primero que pasa por la cabeza sin tener en cuenta la oportunidad o lo apropiado del comentario.
• Una búsqueda habitual de estímulos nuevos.
• Facilidad para distraerse, problemas para mantener la atención a lo largo del tiempo.
• A menudo es una persona creativa, con gran iniciativa.
• Problemas para desenvolverse a través de los cauces establecidos, siguiendo el procedimiento “adecuado”
• Impaciencia; dificultad para esperar.
• Impulsividad verbal o en acción
• Tendencia a preocuparse innecesariamente de forma interminable
• Sensación de inseguridad
• Cambios en el estado de ánimo y en las actitudes
• Inquietud
• Tendencia a caer en adicciones (aspecto muy discutido)
• Problemas crónicos de autoestima, relacionados con el rechazo del entorno
• Historial familiar de TDA, enfermedad maníacodepresiva, depresión, abuso de sustancias u otros trastornos de control de los impulsos o del estado de ánimo
Si algún niño presenta algunas de estas características, no es motivo para que se le etiquete como TDA/H
Causa
Los ganglios basales y los lóbulos frontales son dos estructuras afectadas en los niños con déficit de atención e hiperactividad. Los científicos han encontrado cambios negativos en el lóbulo frontal, órganos del cerebro que intervienen en el control de la conducta, en la solución de problemas y en la capacidad para mantener la atención. Esto explica la dificultad de los enfermos para controlar el comportamiento, filtrar los estímulos y permanecer atentos. Otra región comprometida corresponde a los ganglios basales, que son agrupaciones de neuronas (células nerviosas) localizadas en la profundidad del cerebro y que trabajan de manera coordinada con el lóbulo frontal. Se ha detectado que dos sustancias químicas que utilizan las neuronas para comunicarse entre sí, dopamina y noradrenalina, están alteradas en los niños con déficit de atención e hiperactividad, pero no en sujetos sanos. Así, mientras tales compuestos abundan en los ganglios basales y en el lóbulo frontal de personas normales, no están disponibles en suficiente cantidad en los enfermos hiperactivos. Por tal motivo, el funcionamiento del cerebro es defectuoso y, sin tratamiento, el estado de anormalidad es permanente.
Tratamiento
Hasta ahora no hay cura para el TDA/H, pero se puede disminuir los síntomas. El tratamiento se debe diseñar de acuerdo a las necesidades específicas de cada niño y su familia. Frecuentemente, los niños con el TDA/H requieren una combinación de métodos/tácticas. Esta forma de tratar el TDA/H se llama “multimodal” e incluye:
• Educación a los padres y al niño sobre la diagnosis y el tratamiento
• Técnicas específicas de autocontrol del comportamiento
• Psicoestimulantes
• Programas académicos y de apoyo apropiados.
Las personas con TDA/H pueden tener vidas productivas y satisfactorias cuando reciben el tratamiento adecuado. Algunos de los problemas que se pueden presentar si el TDA/H no se trata son: el fracaso escolar, depresión, problemas en las relaciones sociales, problemas de conducta, baja autoestima y abuso de alcohol o drogas. La mayoría de los niños con TDA/H continúan con los síntomas durante la adultez, y pueden tener problemas en el trabajo y en el hogar a no ser que reciban el tratamiento.
Hiperactividad
1. A menudo no deja de mover las manos ni los pies mientras está sentado.
2. A menudo se levanta de la silla cuando se quiere que permanezca sentado.
3. A menudo corre o trepa en lugares y en momentos inoportunos (es posible que los adultos y adolescentes se sientan muy inquietos).
4. A menudo, tiene problemas para jugar o disfrutar tranquilamente de las actividades de recreación.
5. A menudo, "está en constante movimiento” o parece que tuviera “un motor en los pies”.
6. A menudo habla demasiado.
Impulsividad
1. A menudo suelta una respuesta sin haber oído antes toda la pregunta.
2. A menudo le cuesta esperar su turno.
3. A menudo interrumpe al que esté hablando o se entromete, por ejemplo, en una conversación o juego.
II. Algunos de los síntomas que causan alteraciones están presentes desde antes de los 7 años de edad.
III. Alguna alteración provocada por los síntomas está presente en dos o más situaciones (p. ej., en la escuela o el trabajo y en la casa).
IV. Debe haber clara evidencia de una alteración considerable en el funcionamiento social, escolar o laboral.
V. Los síntomas no ocurren únicamente mientras la persona sufre de trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno sicótico. Los síntomas no indican la presencia de otro trastorno mental (p. ej. trastorno del humor, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o trastorno de la personalidad).
Características
• Una sensación de no lograr los propósitos, de no alcanzar los objetivos.
• Dificultades para organizarse.
• Realización simultánea de diversas tareas; comenzando una sin haber finalizado la anterior.
• Tendencia a decir lo primero que pasa por la cabeza sin tener en cuenta la oportunidad o lo apropiado del comentario.
• Una búsqueda habitual de estímulos nuevos.
• Facilidad para distraerse, problemas para mantener la atención a lo largo del tiempo.
• A menudo es una persona creativa, con gran iniciativa.
• Problemas para desenvolverse a través de los cauces establecidos, siguiendo el procedimiento “adecuado”
• Impaciencia; dificultad para esperar.
• Impulsividad verbal o en acción
• Tendencia a preocuparse innecesariamente de forma interminable
• Sensación de inseguridad
• Cambios en el estado de ánimo y en las actitudes
• Inquietud
• Tendencia a caer en adicciones (aspecto muy discutido)
• Problemas crónicos de autoestima, relacionados con el rechazo del entorno
• Historial familiar de TDA, enfermedad maníacodepresiva, depresión, abuso de sustancias u otros trastornos de control de los impulsos o del estado de ánimo
Si algún niño presenta algunas de estas características, no es motivo para que se le etiquete como TDA/H
Causa
Los ganglios basales y los lóbulos frontales son dos estructuras afectadas en los niños con déficit de atención e hiperactividad. Los científicos han encontrado cambios negativos en el lóbulo frontal, órganos del cerebro que intervienen en el control de la conducta, en la solución de problemas y en la capacidad para mantener la atención. Esto explica la dificultad de los enfermos para controlar el comportamiento, filtrar los estímulos y permanecer atentos. Otra región comprometida corresponde a los ganglios basales, que son agrupaciones de neuronas (células nerviosas) localizadas en la profundidad del cerebro y que trabajan de manera coordinada con el lóbulo frontal. Se ha detectado que dos sustancias químicas que utilizan las neuronas para comunicarse entre sí, dopamina y noradrenalina, están alteradas en los niños con déficit de atención e hiperactividad, pero no en sujetos sanos. Así, mientras tales compuestos abundan en los ganglios basales y en el lóbulo frontal de personas normales, no están disponibles en suficiente cantidad en los enfermos hiperactivos. Por tal motivo, el funcionamiento del cerebro es defectuoso y, sin tratamiento, el estado de anormalidad es permanente.
Tratamiento
Hasta ahora no hay cura para el TDA/H, pero se puede disminuir los síntomas. El tratamiento se debe diseñar de acuerdo a las necesidades específicas de cada niño y su familia. Frecuentemente, los niños con el TDA/H requieren una combinación de métodos/tácticas. Esta forma de tratar el TDA/H se llama “multimodal” e incluye:
• Educación a los padres y al niño sobre la diagnosis y el tratamiento
• Técnicas específicas de autocontrol del comportamiento
• Psicoestimulantes
• Programas académicos y de apoyo apropiados.
Las personas con TDA/H pueden tener vidas productivas y satisfactorias cuando reciben el tratamiento adecuado. Algunos de los problemas que se pueden presentar si el TDA/H no se trata son: el fracaso escolar, depresión, problemas en las relaciones sociales, problemas de conducta, baja autoestima y abuso de alcohol o drogas. La mayoría de los niños con TDA/H continúan con los síntomas durante la adultez, y pueden tener problemas en el trabajo y en el hogar a no ser que reciban el tratamiento.
PLATICAME ALGÚN CASO QUE TE HAYA SUCEDIDO CON ALUMNO(S) CON ESTAS CARACTERÍSTICAS Y COMO SE ATENDIÓ